El proyecto se desarrolla en una vivienda ya existente en el centro de la ciudad , asimilable al concepto anglosajón de townhouse. Una organización vertical del programa requería el diseño de un nuevo núcleo de comunicación que minimizase los recorridos horizontales y liberase la planta, ofreciendo espacios diáfanos susceptibles de distintas configuraciones para satisfacer la óptima distribución de las funciones de la vivienda.
La escalera, proyectada en el interior de una caja de muros estructurales de hormigón blanco, va adquiriendo ligereza en el recorrido vertical desde el sótano hasta la cubierta, pasando de ser un elemento pétreo y esculpido en las plantas bajo rasante a constituirse como una secuencia de planos horizontales suspendidos, bañados por la luz cenital.
Arquitectos Ana Espinosa, María Espinosa, Álvaro Moreno
Aparejador Ángel Viejo