En esta tercera versión se propone la construcción por fases. Se lleva a cabo la primera que corresponde al templo.
El interior es de nave única. La división conceptual entre presbiterio y zona de fieles se refleja también en el diseño de la cubierta. Dos lucernarios que recogen luz de sur y oeste diferencian el lugar de la celebración de la Reserva Eucarística, al que se incorporan dos obras contemporáneas de Lucía Vallejo. La cruz de la fachada Oeste señala exteriormente la ubicación del Sagrario.
Centrado con el eje de la nave se ubica el Altar de hormigón diseñado en el estudio. Es representación de Cristo “roca salvadora”, piedra angular. Por ello una cruz descentrada desgarra el bloque de piedra produciendo un vacío de profundidad variable.
La economía de medios es fundamental para poder construir la Iglesia. Recurrimos a un diseño unitario que nos permitiese centrar el detalle en elementos puntuales.
Las fachadas se construyen con fábrica de ladrillo armada y se revisten exteriormente con mortero acrílico.
La carpintería metálica se realiza empleando vidrios transparentes, butiral blanco y dorado y vidrios matados al ácido para la definición de los lucernarios verticales.
En la nave de la iglesia se plantea una cubierta ligera de chapa de acero prelacada. El pavimento interior se resuelve con un suelo continuo de anhidrita.
La puerta de acceso se realiza con cerrajería de taller. Son tres hojas practicables. Con chapas de acero soldadas se simboliza las tres personas de la Santísima Trinidad.
Confesionarios y Sacristía quedan ocultos bajo una celosía vertical que escamotea las puertas, conformando una textura uniforme de madera.
Realizamos in situ el altar y pila bautismal. Se levantó un núcleo de encofrado perdido de ladrillo y fabricamos manualmente en el estudio un encofrado exterior, modelando las formas con poliestireno y recibiéndolas sobre tableros de melamina. Fue un trabajo de colaboración entre operarios, jefe de obra y dirección facultativa, que intervino por completo en el proceso de puesta en obra, desencofrado posterior y repaso y lijado de superficies. Las dos piezas deben su existencia a la donación del mortero autocompactante por parte de la empresa Cemex España.
Arquitectos: Ana Espinosa, Álvaro Moreno, María Espinosa
Aparejador: Bernardo Valdés
Constructora: Soldeser