Espinosa + Moreno · Consultorio en Seseña · Fotografía: © Ricardo Santonja · www.imasdmasart.com
SOBRE LA FOTOGRAFÍA DE ARQUITECTURA · Ana Espinosa + Álvaro Moreno
«La prueba de fuego de la arquitectura comienza cuando el usuario empieza a disfrutar de ella.
Es entonces cuando se verifica si las intenciones depositadas en la obra por todos aquellos que han intervenido hasta el momento, promotor y arquitecto fundamentalmente, han sido resueltas con fortuna.
A esta forma de relación directa y fundamental entre usuario y arquitectura hay que añadir otra no menos importante: la relación con quien no va a poder recorrer esa arquitectura más que por medios interpuestos.
Surgen entonces documentos específicos para tratar de hacerle llegar lo esencial de dicha experiencia. Se redactan memorias de intenciones, se dibujan planos esquemáticos y se fotografían, filman o graban el entorno de los edificios, sus espacios e incluso se registra el sonido.
Esta forma de difusión de la arquitectura se basa, primero, en la imagen. Y es la imagen como medio de comunicación la que rompe fronteras y hace transmisible la arquitectura sin importar las barreras del idioma e incluso la diferencia de culturas.
Por eso es importante ser eficaces en la creación de imágenes. Sabiendo que son un medio reductivo para transmitir la experiencia completa de una obra pero a la vez un medio especialmente dotado para captar el interés del espectador.
En este proceso el protagonista es el fotógrafo. Es el intermediario entre todas las personas e instituciones implicadas en hacer realidad la obra – sus intenciones, sus límites, sus apuestas…- y el destinatario final de ese mensaje, ya sea en la sala de exposiciones, en las páginas de una publicación o en una pantalla de ordenador a miles de kilómetros.
Pero más importante que lo anterior es que se convierte en intermediario y transmisor de la propia experiencia del edificio. Es ahí donde resulta fundamental su sensibilidad. Es su visión como usuario del edificio lo que importa.
Su misión es captar en un instante preciso un detalle, un movimiento, una geometría, la textura o el color de una luz, de un material, para conseguir hacer llegar a quien no va a poder visitar en persona el edificio un fragmento relevante de su experiencia del mismo. Lo suficientemente atractivo como para emocionar. Lo suficientemente significativo como para transmitir un concepto. Inevitablemente eficaz.
La arquitectura no está hecha sólo para ser proyectada y construida. Está hecha para ser vivida. Y para ser transmitida. Hay arquitecturas que sobreviven imperturbables en la memoria a través de una sola imagen.»
Artículo publicado en el catálogo de la Exposición «El Arte de la Construcción en España» ISBN: 978-84-616-4323-3