El paisaje. Llanura infinita de manchas de trigo, girasol y olivar que se suceden conformando una naturaleza planificada, geométrica, en movimiento constante a lo largo de las estaciones.
Conscientes del carácter de objeto que va a adquirir la edificación en el entorno se opta por trabajar con una arquitectura de masa, esculpida y cerrada, capaz de soportar las fuertes sombras arrojadas por una luz que llega a ser cegadora. Esta se convierte en instrumento de proyecto.
El programa responde a las necesidades propias de un cortijo andaluz en el que se van a desarrollar labores agrícolas. Con la particularidad de que el cliente es un coleccionista de trofeos de caza que quiere tener expuestos según procedencia. Junto a esta petición la de que haya patio y torre “porque sin ellos nunca será un cortijo”.
Como recurso la investigación con espacios exteriores acotados (invernadero, patio, cubo de vidrio) que introducen la luz cruzada, tamizada y las visiones diagonales.
Se renuncia a una arquitectura tecnológica y se acepta una construcción tradicional, en la que morteros de cal, pavimentos de barro y cerrajería de taller se ponen al servicio de un lenguaje moderno.
Arquitectos: Ana Espinosa, Álvaro Moreno y Pablo Olalquiaga.
Expuesto: Ciclo Obra Reciente. FCOAM 2004, Pabellón del COAM en el SIMA 2004
Publicación: 100% MADRID 2 (FCOAM). Spanish Architects:Housing (Manel Padurna)