La casa se sitúa en una urbanización de arquitectura poco interesante en las afueras de Madrid.
Este entorno cercano, junto al hecho de que la parcela haga esquina con dos calles de intenso tráfico, origina la idea del proyecto:
Hacia el exterior los volúmenes edificados y los muros de cerramiento de parcela (estos últimos inusualmente altos) protegen la vida familiar tanto del ruido como de las “miradas” de las casas vecinas.
Una vez traspasado el umbral, los paños ciegos pierden protagonismo: las estancias de planta baja se abren a un jardín de vistas controladas buscando el máximo soleamiento. El volumen de la planta superior gira noventa grados respecto al de planta baja, volando sobre el interior de la parcela. Bajo la proyección de este cuerpo se ubica el salón, completamente acristalado a norte y sur, permitiendo que el jardín se introduzca casi físicamente en la vivienda. La situación intermedia en el solar y los cerramientos acristalados facilitan la disolución visual de sus límites y favorecen que se transforme en primavera y verano en un auténtico cuarto al aire libre.
El jardín escalonado se concibe además como elemento de unión entre las dos zonas de la casa que serán protagonistas de la vida en familia: el salón y el cuarto de juegos. Este último, en planta sótano, no renuncia a su prolongación al exterior; la topografía de la parcela permite una comunicación entre ambos niveles a través del jardín.
En planta alta, el cuarto de baño principal se aprovecha de su situación bajo el forjado de cubierta para abrir la zona de baño al cielo, permitiendo una ducha cantando bajo la lluvia o bañarse contemplando las estrellas.
Arquitectos: Ana Espinosa, Álvaro Moreno y Pablo Olalquiaga.
Expuesto: Ciclo Obra Reciente. FCOAM 2004.
Publicación: Ciclo Obra Reciente. FCOAM 2004.