Espinosa + Moreno | No hay arquitectura grande o pequeña, cara o barata, que no merezca un trabajo exhaustivo y una dedicación máxima en el diseño y la ejecución.
SBS. Proyecto1
#Dotacional

PROYECTAR UN SÍMBOLO URBANO

En el corazón de Leganés, junto a dragones, cabezudos, obeliscos y otras especies se proyecta un nuevo símbolo urbano, LUZ de la ciudad. Un programa híbrido de 2000 m2 con el que asistir a 5000 familias del barrio V Centenario. Un centro parroquial, locales para una ONG, un columbario y 2 viviendas bajo una única construcción.

Una arquitectura esculpida, que nace del lugar: un pedazo de cornisa que reclama su protagonismo. El proyecto se modela desde el suelo, el solar se ocupa al 100% y el espacio robado se devuelve en la cubierta. En ella se construye un nuevo lugar comunitario, un nuevo paisaje escoltado por los lucernarios de la iglesia.

Entendemos que hacer espacio es ofertar, donar, propiciar un escenario para la vida. La acción primera, la creación de la pieza arquitectónica única, tiene algo de incontrolable desde el momento que necesita de la actividad que le rodea para que el proceso de la obra no se interrumpa.

Hormigones teñidos y vidrio construyen los sólidos, sin revestir, sin adornar, dejando que el material se manifieste en el aire que captura. Un aire denso, con masa, en el interior del templo. Un aire que deja su huella en el exterior, lavando hormigones, depositando líquenes y colaborando en la apariencia final a lo largo del tiempo.

Vista del conjunto desde la plaza
Vista del conjunto desde la plaza
Vista desde la calle Méjico y planta baja
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Planta de cubierta y secciones
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PROYECTAR UN SÍMBOLO URBANO

En el corazón de Leganés, junto a dragones, cabezudos, obeliscos y otras especies se proyecta un nuevo símbolo urbano, LUZ de la ciudad. Un programa híbrido de 2000 m2 con el que asistir a 5000 familias del barrio V Centenario. Un centro parroquial, locales para una ONG, un columbario y 2 viviendas bajo una única construcción.

Una arquitectura esculpida, que nace del lugar: un pedazo de cornisa que reclama su protagonismo. El proyecto se modela desde el suelo, el solar se ocupa al 100% y el espacio robado se devuelve en la cubierta. En ella se construye un nuevo lugar comunitario, un nuevo paisaje escoltado por los lucernarios de la iglesia.

Entendemos que hacer espacio es ofertar, donar, propiciar un escenario para la vida. La acción primera, la creación de la pieza arquitectónica única, tiene algo de incontrolable desde el momento que necesita de la actividad que le rodea para que el proceso de la obra no se interrumpa.

Hormigones teñidos y vidrio construyen los sólidos, sin revestir, sin adornar, dejando que el material se manifieste en el aire que captura. Un aire denso, con masa, en el interior del templo. Un aire que deja su huella en el exterior, lavando hormigones, depositando líquenes y colaborando en la apariencia final a lo largo del tiempo.




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